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Recordando el Día de la Virgen de Lourdes

En el día de Nuestra Señora de Lourdes, queriendo hablar de Ella, no sabemos bien qué decir, sobre todo que no se haya dicho
Leyendo un libro de Martín Descalzo, unas líneas suyas. uno se encuentra con esto que dic así:
Oración a Maria de un hijo agradecido
Te doy gracias Maria, por ser una mujer.
Gracias por haber sido mujer como mi madre
y por haberlo sido en un tiempo
en el que ser mujer era como no ser nada.
Gracias porque, cuando todos te consideraban
una mujer de nada,
tú fuiste todo,
todo lo que un ser humano puede ser, y mucho más,
la plenitud del hombre, una vida completa.
Gracias por haber sido una mujer libre y liberada,
la mujer más libre y liberada de la historia,
la única mujer libre y liberada de la historia,
porque tú fuiste la unica no atada al pecado,
la única no uncida a la vulgaridad,
la única que nunca fue mediocre,
la única verdaderamente  llena de gracia y de vida.
Te doy gracias porque estuviste llena de gracia
porque estabas precisamente llena de vida;
porque estuviste llena de vida
porque te habían verdaderamente llenado de gracia.
Te doy gracias porque supiste encontrar la libertad
siendo esclava,
aceptando la única esclavitud que libera,
la esclavitud de Dios,
y nunca te enzarzaste en todas las otras
esclavitudes que a nosotros nos atan.
Te doy gracias porque te atreviste a tomar
la vida con las dos manos.
Porque,  al llegar el ángel,
te atreviste a preferir tu misión a tu comodidad,
porque aceptaste tu misión
sabiendo que era cuesta arriba,
en una cuesta arriba que acababa en un Calvario.
Gracias porque fuiste valiente,
gracias por no tener miedo,
gracias por fiarte del Dios que te estaba llenando,
del Dios que venía a no quitarte nada
sino a hacerte más mujer.
Gracias por tu libertad de palabra
cuando hablaste a Isabel.
Gracias por atreverte a decir que Dios
derribaría a los poderosos,
sin preocuparte por lo que pensaría Herodes.
Gracias por haber sabido que eras pobre
y que Dios te había elegido
precisamente por ser pobre.
Gracias porque supiste hablar de los ricos
sin rencor, pero poniéndolos en su sitio:
el vacío.
Gracias porque supiste ser
la más maternal de las vírgenes,
la más virgen de las madres.
Gracias porque entendiste la maternidad
como un servicio a la vida, y ¡qué Vida !
Gracias porque entendiste la virginidad
como una entrega, y ¡qué entrega!
Gracias por ser alegre en un tiempo de tristes,
por ser valiente en un tiempo de cobardes.
Gracias por atreverte a ir embarazada hasta Belén,
gracias por dar a luz donde cualquiera otra mujer
se hubiera avergozado.
Gracias `por haber sabido ser
luego una mujer de pueblo,
por no haber necesitado ni ángeles, ni criadas
que te amasaran el pan  y te hicieran la comida,
gracias por haber sabido vivir
sin milagros ni prodigios.
Gracias por haber sabido que estar llena
no era estarlo de títulos y honores, sino de amor.
Gracias por haber aceptado el exilio,
por asumir serena la muerte del esposo querido.
Gracias por haber respetado la vocación de tu Hijo
cuando se fue hacia su locura,
por no haberle dado consejitos prudentes,
gracias por haberle dejado crecer
 y por sentirte orgullosa de que El te superase.
Gracias por haber sabido quedar en silencio
y en la sombra durante su misión,
pero sosteniendo de lejos el grupo
de mujeres que seguían a tu Hijo.
Gracias por haber subido al Calvario
cuando pudiste quedarte alejada del llanto,
por aguantar al lado del sufriente.
Gracias  por aceptar la soledad de los años vacíos.
Gracias por haber sido la mujer más entera
que ha existido nunca
y gracias, sobre todo,  por haber sido
la única mujer de toda la historia
que volvió entera a los brazos de Dios.
Gracias por seguir siendo Madre y Mujer
en el cielo,
por no cansarte de amamantar a tus hijos de ahora.
Gracias, por no haber reclamado nunca
con palabras vacías
tu derecho de mujer en la Iglesia,
pero al mismo tiempo haber sido de hecho
el miembro más miembro de la Iglesia,
la primera redimida,
por ser entre los hombres y mujeres todos
de la tierra la que más se ha parecido a tu Hijo,
la que más cerca ha estado y está aún de Dios ...
Seguro que leyéndolo despacio encontramos todos, probablemente cada uno,  uno distinto, algún párrafo, algún "gracias" de esos que recita Martín Descalzo que nos llega dentro ...

Por María Consuelo Mas y Armando Quintana - 12 de Febrero, 2010, 10:16, Categoría: Reflexiones creyentes
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