Lc 11,37-41): En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entrando, pues, se puso a la mesa. Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer. Pero el Señor le dijo: «¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros».
Jesús va por la vida sin prejuicios ni contra las personas (va a casa de un fariseo, cosa mal vista) ni a los ritos o costumbres que se hacen religiosas por encima del bien y del sentido común (no hace las abluciones antes de comer). Y es que normalmente nos fijamos más en el exterior que en el corazón, más en lo que la gente pueda opinar y comentar, desde sus criterios, que en nuestra propia coherencia interior o felicidad personal. Por eso nos grita, "el que hizo el exterior, hizo también el interior". Y les llama insensatos, porque realmente Jesús da mas importancia a lo que sale de dentro hacia fuera, es lo que mancha el corazón, que a lo que entra de fuera hacia dentro, normas y ritos.
A veces convertimos en valores lo políticamente correcto, lo socialmente aceptable, las normas de consumo vigentes, olvidándonos de que lo esencial es dar y darse, no importa dónde ni cómo. «De nada debe huir el hombre prudente tanto como de vivir según la opinión de los demás». Justo en estos días uno de nosotros asistía a un espectáculo contrario, una mamá rechazaba y se enfrentaba a las opciones de su hija por temor a lo que pudiera decir la gente, no importándole para nada la felicidad personal de su hija y el cariño y fortaleza a darle que es con lo que va a vivir el resto de su vida. Ella, con el cariño de la hija, esta con el cariño de la madre.
Por otro lado era Teresa de Calcuta quien, remedando al Maestro en el texto de hoy, decía : «Dad limosna de lo de dentro y así lo tendréis limpio todo». Como diciéndonos también que el dinero no es lo único a dar, y que no podemos tranquilizar nuestra conciencia con un poco o mucho de dinero. Y en la misma línea es San Pablo quien afirma: "Haciendo alarde de sabios se convirtieron en necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes que representan a hombres corruptibles, aves, cuadrúpedos y reptiles. Por eso, dejándolos abandonados a los deseos de su corazón, Dios los entregó a una impureza que deshonraba sus propios cuerpos, ya que han sustituido la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a las criaturas en lugar del Creador, que es bendito eternamente."
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