En estos días en que los textos evangélicos nos traen de nuevo al recuerdo el papel de Juan el Bautista como testigo de Jesús, y su trabajo proclamando y bautizando, les ofrecemos, también como resumen del sentir del Evangelio y en expresión de nuestros tiempos, un párrafo del P. Ignacio Larrañaga sobre las Bienaventuranzas en lenguaje actual. Una forma concreta de ser testigos del Evangelio de hoy ofreciendo un estilo de vida conforme a estas reflexiones:
Felices los que no te vieron, y creyeron en Tí.
Felices los que no contemplaron tu semblante y confesaron tu divinidad.
Felices los que, al leer el Evangelio, reconocieron en Tí a Aquel que esperaban.
Felices los que, en tus Enviados divisaron tu divina presencia.
Felices los que, en el secreto de su corazón, escucharon tu voz y respondieron.
Felices los que, animados por el deseo de palpar a Dios te encontraron en el misterio.
Felices los que, en los momentos de oscuridad, se adhirieron más fuertemente a tu luz.
Felices los que, desconcertados por la prueba, mantienen su confianza en Tí.
Felices los que, bajo la impresión de tu ausencia continúan creyendo en tu proximidad.
Felices los que, no habiéndote visto viven la firme esperanza de verte un día.
Amén.
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