(Mt 23,27-32): En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: ‘Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!’. Con lo cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!».
“Hay otra globalización, la de la hipocresía, de la que se habla poco y se dice mucho”, son expresiones de Mario Benedetti en una conferencia en la Universidad de Alicante en el año 1999 denunciando como favorecemos la globalización de los dineros y de la economía y la libre circulación financiera mientras ponemos mil y una dificultades a la globalización de los derechos humanos, de lo social, de las personas y también de su libre circulación. Es la hipocresía de las grandes declaraciones contra el hambre y las acciones a favor de las guerras y discriminaciones.
Es la hipocresía de nosotros mismos que justificamos nuestras conductas erróneas en posibles fallos de los demás, que soportamos nuestra manera de ver las cosas amparándonos en que otros hacen cosas injustas. Es la hipocresía de nosotros mismos cuando queremos siempre justificar nuestras propias decisiones en lo que sea, aunque lo inventemos, sin pasar nuestros criterios y conductas por el tapiz y la norma de calidad que nos dan los criterios que emanan del Evangelio. Es pensar tan positivamente y actuar tan negativamente hacia terceros.
Es la hipocresía que ayer, hoy y mañana siempre será condenada por el Maestro y que siempre debe ser condenada también por aquellos que le seguimos, comenzando por no practicarla.
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