Buscando la luz
Reflexiones creyentes


Inicio
Enviar artículo

Acerca de
Suscríbete al blog

Categorías
General [4] Sindicar categoría
Comentarios al Evangelio [747] Sindicar categoría
Reflexiones creyentes [42] Sindicar categoría
Testimonios [6] Sindicar categoría
Textos [8] Sindicar categoría

Archivos
Mayo 2010 [5]
Abril 2010 [5]
Marzo 2010 [7]
Febrero 2010 [6]
Enero 2010 [16]
Diciembre 2009 [22]
Noviembre 2009 [19]
Octubre 2009 [19]
Septiembre 2009 [6]
Agosto 2009 [8]
Julio 2009 [4]
Junio 2009 [15]
Mayo 2009 [20]
Abril 2009 [25]
Marzo 2009 [24]
Febrero 2009 [22]
Enero 2009 [24]
Diciembre 2008 [27]
Noviembre 2008 [24]
Octubre 2008 [26]
Septiembre 2008 [17]
Agosto 2008 [24]
Julio 2008 [23]
Junio 2008 [30]
Mayo 2008 [30]
Abril 2008 [30]
Marzo 2008 [31]
Febrero 2008 [29]
Enero 2008 [31]
Diciembre 2007 [31]
Noviembre 2007 [29]
Octubre 2007 [31]
Septiembre 2007 [25]
Agosto 2007 [20]
Julio 2007 [30]
Junio 2007 [31]
Mayo 2007 [29]
Abril 2007 [12]

Sindicación (RSS)
Artículos
Comentarios

 


17 de Junio, 2008


Más difícil todavía

(Mt 5,43-48):   En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial».

Mas difícil todavía. Algo más se nos pide. Amar a los enemigos, a los que no nos quieren, a los que no nos tienen en cuenta, a los que hablan mal de nosotros, a los que parece que disfrutan molestando, a los que nos ponen zancadillas en nuestro caminar, a los que no piensan como tu, a los que quieren imponer su voluntad sobre la de los demás. Más que difícil, a veces resulta imposible. Al menos hacerlo como a aquellos con los que te entiendes y te llevas bien. Entendamos que lo mínimo que se nos exige es no devolver mal, no ir poniendo zancadillas de vuelta, ni hablando peor aún de ellos o cosas similares. Al menos, no devolver mal por mal, no dar pábulo a la venganza callada y siniestra de cada día es ya un gran paso en ese amor a los enemigos que se nos pide. En algo habremos de distinguirnos de aquellos que no piensan y creen como nosotros. Y habrá de ser en estas cosas más positivas y también más originales. Pues, a pesar, de que puedan ser como sean, son también hijos del mismo Padre. Pues, a pesar de todo, nosotros mismos, sin darnos cuenta o a veces dándonos, podemos ser como ellos con otras personas.

 

En definitiva, se nos invita a amar sin esperar nada a cambio, a amar de forma desinteresada, a experimentar en nuestro ser que es verdad aquello de que hay más alegría en dar que en recibir o de cuanto más doy, más tengo.

 

Una sola palabra resume el único mandamiento evangélico: amor. Y por una razón ya comentada: también es nuestro hermano.

 

Por María Consuelo Mas y Armando Quintana - 17 de Junio, 2008, 9:39, Categoría: Comentarios al Evangelio
Enlace Permanente | Referencias (0)




<<   Junio 2008  >>
LMMiJVSD
            1
2 3 4 5 6 7 8
9 10 11 12 13 14 15
16 17 18 19 20 21 22
23 24 25 26 27 28 29
30       

Enlaces
eGrupos
ZoomBlog

Otros blogs
Para ser diferentes
Pequeñas semillitas
Restauración de lo alto
Testigos del Evangelio

 

Blog alojado en ZoomBlog.com