Buscando la luz
Reflexiones creyentes


Inicio
Enviar artículo

Acerca de
Suscríbete al blog

Categorías
General [4] Sindicar categoría
Comentarios al Evangelio [747] Sindicar categoría
Reflexiones creyentes [42] Sindicar categoría
Testimonios [6] Sindicar categoría
Textos [8] Sindicar categoría

Archivos
Mayo 2010 [5]
Abril 2010 [5]
Marzo 2010 [7]
Febrero 2010 [6]
Enero 2010 [16]
Diciembre 2009 [22]
Noviembre 2009 [19]
Octubre 2009 [19]
Septiembre 2009 [6]
Agosto 2009 [8]
Julio 2009 [4]
Junio 2009 [15]
Mayo 2009 [20]
Abril 2009 [25]
Marzo 2009 [24]
Febrero 2009 [22]
Enero 2009 [24]
Diciembre 2008 [27]
Noviembre 2008 [24]
Octubre 2008 [26]
Septiembre 2008 [17]
Agosto 2008 [24]
Julio 2008 [23]
Junio 2008 [30]
Mayo 2008 [30]
Abril 2008 [30]
Marzo 2008 [31]
Febrero 2008 [29]
Enero 2008 [31]
Diciembre 2007 [31]
Noviembre 2007 [29]
Octubre 2007 [31]
Septiembre 2007 [25]
Agosto 2007 [20]
Julio 2007 [30]
Junio 2007 [31]
Mayo 2007 [29]
Abril 2007 [12]

Sindicación (RSS)
Artículos
Comentarios

 


Hacerse como niños

 (Mc 10,13-16):   En aquel tiempo, algunos presentaban a Jesús unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él». Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.

 

¿Qué tienen los niños que Jesús les pone siempre como ejemplo? Recibir el Reino como un niño, ser como niño. Generalmente los vemos como los indefensos, los que no tienen opinión, los que no votan, los dependientes de los mayores, a los que se les manda callar cuando hablan los mayores, los que molestan, los que no te dejan tranquilo en casa cuando estás cómodo viendo la tele, los que casi siempre quieren que les prestes atención y un sin fin de cosas que en si mismas pueden parecer negativas. Pero por todo ello, son también los más receptivos, los que aprenden, los que acogen, los que piden, los que solicitan, los que se andan sin remilgos para decir lo que sienten o lo que piensan, los más espontáneos, los que preguntan lo que significan las cosas o cómo se hace tal otra, los que son sencillos y abiertos, los que no tienen miedo al ridículo. En definitiva la pureza y limpieza de sus corazones y sus vidas que se traduce en sus ojos, en su alegría, en su docilidad.

 

No son importantes, aunque cada día más en una sociedad que se hace mayor, pero son desvalidos y vulnerables. Por eso Jesús sale en su defensa, en defensa de los más pequeños como hace siempre, diciéndonos que sus valores, los valores del pequeño y del niño, deben ser también valores nuestros.

 

No nos invita a ser infantiles ni ingenuos, sino a ser sencillos y transparentes. Esa transparencia que pedimos a las organizaciones e instituciones sociales, políticas, religiosas, también hemos de pedírnosla a nosotros mismos. Hacerse como niños. No inmaduros, sino como niños, necesitados, sabiendo pedir, conscientes de que no nos valemos solos, pero también de ser espontáneos y decir y hacer lo que sentimos desde el corazón.

 

 

Por María Consuelo Mas y Armando Quintana - 24 de Mayo, 2008, 12:21, Categoría: Comentarios al Evangelio
Enlace Permanente | Referencias (0)




<<   Mayo 2008  >>
LMMiJVSD
      1 2 3 4
5 6 7 8 9 10 11
12 13 14 15 16 17 18
19 20 21 22 23 24 25
26 27 28 29 30 31  

Enlaces
eGrupos
ZoomBlog

Otros blogs
Para ser diferentes
Pequeñas semillitas
Restauración de lo alto
Testigos del Evangelio

 

Blog alojado en ZoomBlog.com