(Jn 14,1-6): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino». Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí».
Hay espacio suficiente y sitio para todos. La casa es grande, y estancias disponibles muchas. No solo cabemos todos sino que estamos todos invitados. No sabemos bien cómo es, porque andando el camino iremos conociéndolo mejor. Lo que sí sabemos es el camino a tomar: la estela del propio Jesús. Lo dejó bien claro: Yo soy el Camino, también la Verdad y la Vida. Hemos hablado infinidad de ocasiones de este tema: es una cuestión de opción personal. Justamente mañana, 19 de abril, si Dios quiere, hace un año que estamos colgando estos comentarios nuestros en este blog. Sabemos que son muchos los que han pasado por el mismo. Hay días que han sumado hasta cuatrocientas personas. Amén de los que nos leen directamente por emails recibidos por el texto. Y en todos ellos hay un leit motiv, una constante que se repite: ser creyente es ser seguidor de Jesús, todo es cuestión de una opción personal, lo fundamental es el mensaje del Evangelio, aceptado y vivido con libertad, más allá de las connotaciones culturales de cada época y de cada momento.
Todo ello nos dará calma, paz y serenidad. No se turben sus corazones. No tengan miedo. La calma, paz y serenidad son también índices o señales de andar por el buen camino, de ese camino que vamos haciendo al andar, sabiendo que tenemos un buen guía. Nada de angustias ni temblores. El camino es difícil, hay que tomar decisiones, pero el Maestro quiere que lo hagamos con el corazón lleno de paz y de confianza. Somos como los de Emaús, pues con frecuencia sale al paso para acompañarnos, haciéndose el encontradizo de las formas y maneras originales con que suele presentarse, desde un conocido hasta un desconocido pasando por el forastero, desde un acontecimiento alegre hasta otro algo más triste, desde momentos de turbulencia hasta otros de serenidad. Pero caminando con nosotros, y haciendo camino al andar juntos. Así lo hemos sentido también nosotros en este año que llevamos día a día compartiendo con ustedes desde este blog y otros medios. Gracias por acompañarnos.
|