Juan 6,52-59: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne y beber su sangre?... se preguntaban antes y ahora. La Eucaristía que en estos días nos recuerdan los textos evangélicos propios del momento nos pone de manifiesto el deseo de Jesús que vivamos en comunión con El. Es algo más que un rito, es la renovación actualizada del encuentro personal con Jesús.
De muchas formas y maneras, teólogos, comentaristas y poetas han expresado este sentir del Maestro. Recogemos hoy como colofón a estos dias un poema de Juan López de Ubeda, que nos pone de manifiesto el acto de amor que hay en el trasfondo de la Eucaristía.
EN LA CENA DEL CORDERO
En la cena del Cordero,
habiendo ya cenado,
acabada la figura,
comenzó lo figurado
por mostrar Dios a los suyos
cómo está de amor llagado,
todas las mercedes juntas
en una las ha cifrado:
pan y vino material
en sus manos ha tomado,
y en lugar de pan y vino,
cuerpo y sangre les ha dado.
¡Oh, qué infinita distancia
y qué amor tan extremado,
es manjar Dios, y convida
y el hombre es convidado!
Si un bocado nos dio muerte,
la Vida se da en bocado;
si el pecado dio el veneno,
la triaca Dios la ha dado;
y haga fiesta el cielo y la tierra,
y alégrese lo criado,
pues Dios, no cabiendo en ello,
en mi alma se ha encerrado.
Juan López de Ubeda
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