Buscando la luz
Reflexiones creyentes


Inicio
Enviar artículo

Acerca de
Suscríbete al blog

Categorías
General [4] Sindicar categoría
Comentarios al Evangelio [747] Sindicar categoría
Reflexiones creyentes [42] Sindicar categoría
Testimonios [6] Sindicar categoría
Textos [8] Sindicar categoría

Archivos
Mayo 2010 [5]
Abril 2010 [5]
Marzo 2010 [7]
Febrero 2010 [6]
Enero 2010 [16]
Diciembre 2009 [22]
Noviembre 2009 [19]
Octubre 2009 [19]
Septiembre 2009 [6]
Agosto 2009 [8]
Julio 2009 [4]
Junio 2009 [15]
Mayo 2009 [20]
Abril 2009 [25]
Marzo 2009 [24]
Febrero 2009 [22]
Enero 2009 [24]
Diciembre 2008 [27]
Noviembre 2008 [24]
Octubre 2008 [26]
Septiembre 2008 [17]
Agosto 2008 [24]
Julio 2008 [23]
Junio 2008 [30]
Mayo 2008 [30]
Abril 2008 [30]
Marzo 2008 [31]
Febrero 2008 [29]
Enero 2008 [31]
Diciembre 2007 [31]
Noviembre 2007 [29]
Octubre 2007 [31]
Septiembre 2007 [25]
Agosto 2007 [20]
Julio 2007 [30]
Junio 2007 [31]
Mayo 2007 [29]
Abril 2007 [12]

Sindicación (RSS)
Artículos
Comentarios

 


Soy Yo, no tengan miedo

(Jn 6,16-21):  Al atardecer, los discípulos de Jesús bajaron a la orilla del mar, y subiendo a una barca, se dirigían al otro lado del mar, a Cafarnaúm. Había ya oscurecido, y Jesús todavía no había venido donde ellos; soplaba un fuerte viento y el mar comenzó a encresparse. Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y tuvieron miedo. Pero Él les dijo: «Soy yo. No temáis». Quisieron recogerle en la barca, pero en seguida la barca tocó tierra en el lugar a donde se dirigían.

 

“Soy yo, no teman, no tengan miedo”. Soy yo el que nací de José y María y me hice hombre para entrar de lleno en la historia de la humanidad. Soy yo, el que nací fuera de la casa familiar pues mis padres tuvieron que desplazarse a otra ciudad para poder empadronarse de acuerdo a las costumbres de esa época. Soy yo, el que tan pronto vine al mundo, tuve que salir corriendo con los míos para Egipto, porque me perseguían. Soy yo, no tengan miedo, el mismo que volví con los míos a mi casa y Nazaret, pero tuve que salir de pueblo en pueblo, de territorio en territorio, para anunciar la Buena Nueva. Soy yo mismo, quien siguiendo las andanzas de Abraham, Moisés y todos los profetas he sido y sigo siendo un errante peregrino que camina de pueblo en pueblo diciendo que no hay nada mejor que quererse los unos a los otros, brindar fraternidad a los humanos, establecer cauces de libertad e intentar respetarnos en las diferencias que podamos tener. Soy yo, no teman, el mismo que les dijo que la verdad les hará libres y que, por tanto, no debemos imponerla a nadie.

 

Soy yo. No tengan miedo. Abran su corazón. Unas veces me encontrarán sobre las aguas remando con ustedes, y otras me verán en la orilla esperando su llegada. Pero siempre estaré ahí, donde sea necesario, donde se ofrezca. Ya sé que unas veces se darán cuenta y otras no. Pero en todas ellas, soy el mismo. Soy yo mismo, el que está contento con los avances y progresos de la humanidad y de las personas y el que está disgustado y triste porque ha tenido que salir huyendo de una guerra o de una dictadura donde mis ideas no han sido respetadas ni tampoco las de mis vecinos, por eso no impongan nunca nada a nadie. Propongan las cosas, y que cada cual actúe en conciencia. Pues ese soy yo, el que les dice que sean siempre fieles a si mismos y no hagan lo que ellos dicen, que hablan pero no actúan.

 

Soy yo. Abran su corazón. Dejen el miedo. Soy el mismo que también está presente en las pequeñas borrascas del lago de sus vidas y que cuando les veo tambalear, me acerco para sostenerlos sin que ustedes se den cuenta. Soy yo, el que no ceso de trabajar inspirándoles buenos deseos en medio de los egoísmos y ambiciones de que están rodeados para que no se olviden de lo esencial de mi mensaje. Sí, ya sé que a veces resulta difícil verme, que no es tan sencillo, que cuesta reconocerme, pero veo la cara de satisfacción que ponen cuando de vez en cuando se dan cuenta de que estoy por ahí cerca, y con eso me lleno también de contento. No es necesario tampoco que esté siempre en la barca y me recojan a bordo, también es bueno esperar en la orilla para verles trabajar por ustedes mismos y disfrutar de todo lo que han aprendido. Sí, soy yo. No tengan miedo, porque me he empeñado en seguir trabajando, a través de ustedes, para que llegue la calma a los océanos del mundo y brote la serenidad del mar tranquilo donde podamos navegar y nadar con seguridad. Seguiré ahí en esa mar, a veces turbulenta, pero haciendo brotar calma y paz. No tengan miedo y abran siempre sus corazones.

 

Por María Consuelo Mas y Armando Quintana - 5 de Abril, 2008, 12:19, Categoría: Comentarios al Evangelio
Enlace Permanente | Comentarios 1 | Referencias (0)




<<   Abril 2008  >>
LMMiJVSD
  1 2 3 4 5 6
7 8 9 10 11 12 13
14 15 16 17 18 19 20
21 22 23 24 25 26 27
28 29 30     

Enlaces
eGrupos
ZoomBlog

Otros blogs
Para ser diferentes
Pequeñas semillitas
Restauración de lo alto
Testigos del Evangelio

 

Blog alojado en ZoomBlog.com