(Jn 3,31-36): El que viene de arriba está por encima de todos: el que es de la tierra, es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo, da testimonio de lo que ha visto y oído, y su testimonio nadie lo acepta. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, porque da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehusa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él».
El Evangelio de hoy nos llama a mirar la vida con otros ojos, como no somos de la tierra no hablamos de ella, pero, siendo de los dos sitios, tierra y cielo, miramos la realidad con los ojos de la fe, sin desprendernos de las dos cosas, sino entrelazándolas. Nada mejor que este poema, de nuestro buen amigo Audroc, para expresar estos sentimientos del texto de hoy
¡ CREE ...!
Cuando el Eclesiastés los tiempos marca. señala plazos que nos da la vida, y con la Voz de un Dios que todo abarca, nos dice: “Tómala y vuélvela cumplida”.
Mas, Ay de ti!, si dejas que tu barca navegue el mar en que la luz se olvida, nunca verás el fondo donde el arca celosa al Tiempo de los tiempos cuida.
Entonces, busca al Hombre Coronado que cultivó la fe sobre la tierra, y así hallarás en Él, lo abandonado.
Y lo hallarás en el Hosanna amado, de aquella cruz que al corazón se aferra por la espina sangrante del pecado.
- Audroc-
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