Buscando la luz
Reflexiones creyentes


Inicio
Enviar artículo

Acerca de
Suscríbete al blog

Categorías
General [4] Sindicar categoría
Comentarios al Evangelio [747] Sindicar categoría
Reflexiones creyentes [42] Sindicar categoría
Testimonios [6] Sindicar categoría
Textos [8] Sindicar categoría

Archivos
Mayo 2010 [5]
Abril 2010 [5]
Marzo 2010 [7]
Febrero 2010 [6]
Enero 2010 [16]
Diciembre 2009 [22]
Noviembre 2009 [19]
Octubre 2009 [19]
Septiembre 2009 [6]
Agosto 2009 [8]
Julio 2009 [4]
Junio 2009 [15]
Mayo 2009 [20]
Abril 2009 [25]
Marzo 2009 [24]
Febrero 2009 [22]
Enero 2009 [24]
Diciembre 2008 [27]
Noviembre 2008 [24]
Octubre 2008 [26]
Septiembre 2008 [17]
Agosto 2008 [24]
Julio 2008 [23]
Junio 2008 [30]
Mayo 2008 [30]
Abril 2008 [30]
Marzo 2008 [31]
Febrero 2008 [29]
Enero 2008 [31]
Diciembre 2007 [31]
Noviembre 2007 [29]
Octubre 2007 [31]
Septiembre 2007 [25]
Agosto 2007 [20]
Julio 2007 [30]
Junio 2007 [31]
Mayo 2007 [29]
Abril 2007 [12]

Sindicación (RSS)
Artículos
Comentarios

 


Les haré pescadores

(Mt 4,18-22):  En aquel tiempo, caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.

Es El quien llama. Siempre suele hacerlo así. Unas veces directa, otras indirectamente a través de otras personas, de algún acontecimiento. ¿Recordamos cómo fue nuestra llamada? ¿Cuándo accedimos a un conocimiento más consciente del Maestro?

 

Seguirle supone un cambio. De pescadores normales a pescadores extraordinarios. Ahora se trata de algo más complejo: pescar hombres. Un lenguaje simbólico, claro está. A nadie se le obliga ni se le pone un cebo. Como ellos, como nosotros hemos sido pescados, así hemos de pescar a los demás. Con propuestas, con testimonio, con signos. Nunca la imposición. Gratis se nos ha dado, gratis lo damos. Eso sí, hay que dejar cosas, aquellos dejaron la barca y a su padre. Nosotros otras costumbres, otros negocios, otros puntos de vista, otras maneras de pensar, actitudes insolidarias y egoístas. Son las barcas que hay que dejar hundir.

 

Andrés, cuya fiesta hoy celebramos, es uno de estos jóvenes discípulos. En otros textos aparece solo el mismo como llamado. Y entonces es el propio Andrés quien va a buscar a su hermano Pedro y lo invita para que conozca a Jesús. Algo que siempre ha seguido ocurriendo a lo largo del caminar de la historia. De voz en voz, al sonido del tambor como en las aldeas africanas.

 

No saben bien a dónde van ni para qué les llama. Probablemente ni entendieron lo que les promete cuando les dijo que les haría pescadores de hombres. Pero se fiaron de El. Confiaron enteramente, y dejaron todo. Lo poco que tenían, unas redes viejas y su barca de toda la vida. Nosotros hoy al menos tenemos ventajas sobre ellos, conocemos ya al Maestro, sabemos lo que El quiere. La cuestión es preguntarnos si seguimos fiándonos de El, si confiamos enteramente. Pues, la verdad es esa y hay que reconocerla, con frecuencia nos sorprendemos regateando con El y con los suyos, que son nuestros hermanos.

Por María Consuelo Mas y Armando Quintana - 30 de Noviembre, 2007, 12:29, Categoría: Comentarios al Evangelio
Enlace Permanente | Referencias (0)




<<   Noviembre 2007  >>
LMMiJVSD
      1 2 3 4
5 6 7 8 9 10 11
12 13 14 15 16 17 18
19 20 21 22 23 24 25
26 27 28 29 30   

Enlaces
eGrupos
ZoomBlog

Otros blogs
Para ser diferentes
Pequeñas semillitas
Restauración de lo alto
Testigos del Evangelio

 

Blog alojado en ZoomBlog.com