Buscando la luz
Reflexiones creyentes


Inicio
Enviar artículo

Acerca de
Suscríbete al blog

Categorías
General [4] Sindicar categoría
Comentarios al Evangelio [747] Sindicar categoría
Reflexiones creyentes [42] Sindicar categoría
Testimonios [6] Sindicar categoría
Textos [8] Sindicar categoría

Archivos
Mayo 2010 [5]
Abril 2010 [5]
Marzo 2010 [7]
Febrero 2010 [6]
Enero 2010 [16]
Diciembre 2009 [22]
Noviembre 2009 [19]
Octubre 2009 [19]
Septiembre 2009 [6]
Agosto 2009 [8]
Julio 2009 [4]
Junio 2009 [15]
Mayo 2009 [20]
Abril 2009 [25]
Marzo 2009 [24]
Febrero 2009 [22]
Enero 2009 [24]
Diciembre 2008 [27]
Noviembre 2008 [24]
Octubre 2008 [26]
Septiembre 2008 [17]
Agosto 2008 [24]
Julio 2008 [23]
Junio 2008 [30]
Mayo 2008 [30]
Abril 2008 [30]
Marzo 2008 [31]
Febrero 2008 [29]
Enero 2008 [31]
Diciembre 2007 [31]
Noviembre 2007 [29]
Octubre 2007 [31]
Septiembre 2007 [25]
Agosto 2007 [20]
Julio 2007 [30]
Junio 2007 [31]
Mayo 2007 [29]
Abril 2007 [12]

Sindicación (RSS)
Artículos
Comentarios

 


Dar de lo que se necesita

(Lc 21,1-4):  En aquel tiempo, alzando la mirada, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, y dijo: «De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir».

 

Lo importante no es la cantidad, sino la calidad. Lo importante no es el tener, sino el ser. Lo importante no son las apariencias, sino el corazón. Y es que lo esencial sigue siendo invisible a los ojos. Y lo esencial es el saber estar en una permanente actitud de dar, de compartir, de solidaridad, de amor, de caridad. Palabras que tanto hemos utilizado que las podemos desgastar y vaciar de contenido. El ejemplo que hoy nos pone el texto evangélico nos revitaliza lo esencial del mensaje evangélico. Eso fue lo que hizo Jesús. Eso es lo que nos recomienda a nosotros.

 

Las cosas pequeñas de cada día siguen teniendo su sentido. No es cuestión de excentricidades, o de cosas fastuosas. Cada día hacemos mil y una cosas que nosotros mismos ni valoramos. Solo es cosa de hacerlas conscientes en nuestro actuar y en nuestro corazón, para que no sean fruto de la rutina sino que respondan a una actitud interior.

 

Eso es lo que debe predominar en cualquier ofrenda, no tanto el dar sino el darse. Y vale no solo para unas monedas, para el dinero, vale también para nuestro tiempo con el que acompañamos, consolamos o escuchamos a alguien, vale también para movernos visitando a un enfermo o acompañando durante un rato al anciano que vive a nuestro lado, vale también para nuestras pequeñas acciones defendiendo o dando la cara por quien lo necesita, vale también para ese saber dar de cada día un gesto de amistad, un saludo, una sonrisa, una palabra de aliento o nuestra solidaridad ante el sufrimiento.

 

Por María Consuelo Mas y Armando Quintana - 26 de Noviembre, 2007, 10:37, Categoría: Comentarios al Evangelio
Enlace Permanente | Referencias (0)




<<   Noviembre 2007  >>
LMMiJVSD
      1 2 3 4
5 6 7 8 9 10 11
12 13 14 15 16 17 18
19 20 21 22 23 24 25
26 27 28 29 30   

Enlaces
eGrupos
ZoomBlog

Otros blogs
Para ser diferentes
Pequeñas semillitas
Restauración de lo alto
Testigos del Evangelio

 

Blog alojado en ZoomBlog.com