(Lc 23,35-43): En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo: «A otros salvó; que se salve a sí mismo si él es el Cristo de Dios, el Elegido». También los soldados se burlaban de Él y, acercándose, le ofrecían vinagre y le decían: «Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!». Había encima de él una inscripción: «Éste es el Rey de los judíos».
Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!». Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino». Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso».
Casi 30.000 personas viven y duermen en la calle en España, es lo que nos recuerda hoy Cáritas en el Día de los sin Techo. Piden para ellos también la atención en la salud, pues bastantes por no tener no tienen ni cartilla sanitaria. Nos recuerdan que cuando están hospitalizados la peor noticia que se les puede dar es el alta médica, pues pasan de dormir en una cama con sábanas blancas a hacerlo sobre cartones en cualquier esquina de una ciudad. Y nos piden que no pensemos simplemente en que están así porque se lo han buscado o porque no hacen nada constructivo, que cada persona es una historia y una causa diferente, y que el resto tenemos la suerte de tener trabajo, salud, familia que nos quiere y una casa.
Todo ello en un día que celebramos a Jesucristo, como Rey del Universo. Y el Evangelio nos recuerda que reina desde una cruz, con los brazos abiertos, abrazando solidariamente a toda la humanidad. Sin medios ostentosos, hecho una piltrafa, roto y humillado, con una pobreza absoluta, pero dando su vida. Unos se ríen y burlan de El, otros piden correr la misma suerte en su Reino. Y solo en la medida que nosotros también abracemos a nuestro mundo y nuestra realidad, y la hagamos como propia, El seguirá reinando desde nuestros corazones a nuestro alrededor.
Un último apunte. Hoy es el último domingo no solo del Año Litúrgico, porque empieza pronto el Adviento, sino también la última semana de Noviembre, mes que solemos dedicar al recuerdo de nuestros difuntos. Un buen día, el del Reinado de Jesucristo, para recordar a aquellos que nos han precedido en el camino de la vida y han cuidado de nosotros en diferentes aspectos de la vida –padres, abuelos, maestros, familiares, conocidos íntimos que han influido en nuestra vida. Todos ellos de alguna manera han marcado nuestro camino y seguimos sus huellas. Han cometido errores pero nos han dando las pautas del sendero a seguir. Recordarlos a ellos es pedir también que con Jesús estén desde hace tiempo en el Paraíso.
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