Buscando la luz
Reflexiones creyentes


Inicio
Enviar artículo

Acerca de
Suscríbete al blog

Categorías
General [4] Sindicar categoría
Comentarios al Evangelio [747] Sindicar categoría
Reflexiones creyentes [42] Sindicar categoría
Testimonios [6] Sindicar categoría
Textos [8] Sindicar categoría

Archivos
Mayo 2010 [5]
Abril 2010 [5]
Marzo 2010 [7]
Febrero 2010 [6]
Enero 2010 [16]
Diciembre 2009 [22]
Noviembre 2009 [19]
Octubre 2009 [19]
Septiembre 2009 [6]
Agosto 2009 [8]
Julio 2009 [4]
Junio 2009 [15]
Mayo 2009 [20]
Abril 2009 [25]
Marzo 2009 [24]
Febrero 2009 [22]
Enero 2009 [24]
Diciembre 2008 [27]
Noviembre 2008 [24]
Octubre 2008 [26]
Septiembre 2008 [17]
Agosto 2008 [24]
Julio 2008 [23]
Junio 2008 [30]
Mayo 2008 [30]
Abril 2008 [30]
Marzo 2008 [31]
Febrero 2008 [29]
Enero 2008 [31]
Diciembre 2007 [31]
Noviembre 2007 [29]
Octubre 2007 [31]
Septiembre 2007 [25]
Agosto 2007 [20]
Julio 2007 [30]
Junio 2007 [31]
Mayo 2007 [29]
Abril 2007 [12]

Sindicación (RSS)
Artículos
Comentarios

 


18 de Noviembre, 2007


Las señales del futuro

(Lc 21,5-19):  En aquel tiempo, como dijeran algunos, acerca del Templo, que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, Él dijo: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida».

Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?». Él dijo: «Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘el tiempo está cerca’. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato».

Entonces les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo. Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

 

Cuentan que un día le preguntaron a un hombre sabio qué haría si le dijeran que faltaba solo un mes para terminar sus días, a lo que contestó: “Mañana me volvería a levantar a la hora de siempre y continuaría en mi trabajo, y atendiendo a mi familia y a mis amigos como siempre”. Puede que otros ante esa misma pregunta pensaran que lo mejor es vivir bien, aprovechar los días que faltan y holgazanear.

 

No sabemos el día ni la hora. Lo que sí sabemos es que terremotos, peste y hambre en diversos lugares existen ya. Que están pasando cosas espantosas y ha habido grandes señales en el cielo. ¿Señal de que todo está a punto de acabar? Parece que no, pues nos indican que no temamos que ni un solo cabello de nuestra cabeza perecerá. Señal de que hemos de hacer como aquel hombre sabio: seguir trabajando, y cada día, pues con nuestra perseverancia salvaremos nuestras almas. Enfermedades, epidemias, destrozos del medio ambiente, guerras existen desde hace tiempo porque los hombres nos hemos empeñado en echar fuego a las causas que alimentan estos desastres. Nos advierten del cambio climático y seguimos en las mismas. Y así un largo etcétera. El fin del mundo o el de los días de cada uno llegará cuando tenga que llegar; a nuestros abuelos le escuchamos decir que nadie se muere la víspera. Pero cuando llegue nos ha de encontrar trabajando. En activo. Haciendo algo por modelar nuestro interior y por cambiar nuestro entorno. Lo que sea, aunque solo fuese reciclar la basura en los contenedores apropiados para no contaminar más el ambiente. Aunque solo fuere pensando más en los miembros de nuestra familia que en nosotros mismo y haciendo cada día mas nuevo nuestro corazón. Pero trabajando, no de holgazanes. Porque las cosas se acabarán y no quedará piedra sobre piedra, pero nuestro templo interior se transformará. Con la confianza de que sabemos de quien nos hemos fiado, pues ni uno solo de nuestros cabellos desaparecerá. Trabajando, esa será la mejor señal de nuestra adhesión al Reino.

 

Por María Consuelo Mas y Armando Quintana - 18 de Noviembre, 2007, 11:55, Categoría: Comentarios al Evangelio
Enlace Permanente | Referencias (0)




<<   Noviembre 2007  >>
LMMiJVSD
      1 2 3 4
5 6 7 8 9 10 11
12 13 14 15 16 17 18
19 20 21 22 23 24 25
26 27 28 29 30   

Enlaces
eGrupos
ZoomBlog

Otros blogs
Para ser diferentes
Pequeñas semillitas
Restauración de lo alto
Testigos del Evangelio

 

Blog alojado en ZoomBlog.com