Buscando la luz
Reflexiones creyentes


Inicio
Enviar artículo

Acerca de
Suscríbete al blog

Categorías
General [4] Sindicar categoría
Comentarios al Evangelio [747] Sindicar categoría
Reflexiones creyentes [42] Sindicar categoría
Testimonios [6] Sindicar categoría
Textos [8] Sindicar categoría

Archivos
Mayo 2010 [5]
Abril 2010 [5]
Marzo 2010 [7]
Febrero 2010 [6]
Enero 2010 [16]
Diciembre 2009 [22]
Noviembre 2009 [19]
Octubre 2009 [19]
Septiembre 2009 [6]
Agosto 2009 [8]
Julio 2009 [4]
Junio 2009 [15]
Mayo 2009 [20]
Abril 2009 [25]
Marzo 2009 [24]
Febrero 2009 [22]
Enero 2009 [24]
Diciembre 2008 [27]
Noviembre 2008 [24]
Octubre 2008 [26]
Septiembre 2008 [17]
Agosto 2008 [24]
Julio 2008 [23]
Junio 2008 [30]
Mayo 2008 [30]
Abril 2008 [30]
Marzo 2008 [31]
Febrero 2008 [29]
Enero 2008 [31]
Diciembre 2007 [31]
Noviembre 2007 [29]
Octubre 2007 [31]
Septiembre 2007 [25]
Agosto 2007 [20]
Julio 2007 [30]
Junio 2007 [31]
Mayo 2007 [29]
Abril 2007 [12]

Sindicación (RSS)
Artículos
Comentarios

 


Compadecerse

(Lc 7,11-17):  En aquel tiempo, Jesús se fue a una ciudad llamada Naím, e iban con Él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: «No llores». Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y Él dijo: «Joven, a ti te digo: levántate». El muerto se incorporó y se puso a hablar, y Él se lo dio a su madre. El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: «Un gran profeta se ha levantado entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo». Y lo que se decía de Él, se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina.

 

 

Era su hijo único y además viuda. El dolor de quien pierde a un hijo, máxime si no hay otros, solo lo puede entender quien lo ha sufrido. Todos somos testigos de la dolorosa experiencia de las madres que conocemos que han perdido un hijo. Y Jesús tuvo compasión de ella. Y, siendo portador de la vida, le dice, a quien acompaña a la muerte, que no llore. Más que el milagro en sí, nos gusta contemplar la actitud compasiva de Jesús. Eso es justamente más imitable por nosotros, sus seguidores.

 

En efecto, nosotros no podemos ir por la vida resucitando a muertos, pero sí podemos pasar dando vida y manifestando compasión, no solo con palabras sino con hechos. No basta con decir “que Dios te ampare, hermano”, sino que es preciso compartir el pan. No basta con apenarnos de la soledad de los mayores, hace falta también compartir nuestro tiempo con ellos. No basta ver el telediario como una noticia más las injusticias, crueldades que se cometen en nuestro mundo, es necesario, como mínimo, expresarnos ante ellas, y si podemos, con otros, denunciarlas y protestar, pues también. No basta compadecerse y no hacer nada. Y en eso sí que podemos imitar la conducta del Maestro

 

Por María Consuelo Mas y Armando Quintana - 18 de Septiembre, 2007, 9:32, Categoría: Comentarios al Evangelio
Enlace Permanente | Referencias (0)




<<   Septiembre 2007  >>
LMMiJVSD
          1 2
3 4 5 6 7 8 9
10 11 12 13 14 15 16
17 18 19 20 21 22 23
24 25 26 27 28 29 30

Enlaces
eGrupos
ZoomBlog

Otros blogs
Para ser diferentes
Pequeñas semillitas
Restauración de lo alto
Testigos del Evangelio

 

Blog alojado en ZoomBlog.com