Buscando la luz
Reflexiones creyentes


Inicio
Enviar artículo

Acerca de
Suscríbete al blog

Categorías
General [4] Sindicar categoría
Comentarios al Evangelio [747] Sindicar categoría
Reflexiones creyentes [42] Sindicar categoría
Testimonios [6] Sindicar categoría
Textos [8] Sindicar categoría

Archivos
Mayo 2010 [5]
Abril 2010 [5]
Marzo 2010 [7]
Febrero 2010 [6]
Enero 2010 [16]
Diciembre 2009 [22]
Noviembre 2009 [19]
Octubre 2009 [19]
Septiembre 2009 [6]
Agosto 2009 [8]
Julio 2009 [4]
Junio 2009 [15]
Mayo 2009 [20]
Abril 2009 [25]
Marzo 2009 [24]
Febrero 2009 [22]
Enero 2009 [24]
Diciembre 2008 [27]
Noviembre 2008 [24]
Octubre 2008 [26]
Septiembre 2008 [17]
Agosto 2008 [24]
Julio 2008 [23]
Junio 2008 [30]
Mayo 2008 [30]
Abril 2008 [30]
Marzo 2008 [31]
Febrero 2008 [29]
Enero 2008 [31]
Diciembre 2007 [31]
Noviembre 2007 [29]
Octubre 2007 [31]
Septiembre 2007 [25]
Agosto 2007 [20]
Julio 2007 [30]
Junio 2007 [31]
Mayo 2007 [29]
Abril 2007 [12]

Sindicación (RSS)
Artículos
Comentarios

 


Si muere, da mucho fruto

(Jn 12,24-26):   En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará».

 

Lo dice el refranero popular: “El que quiere celeste, que le cueste”. Nuestros padres nos lo decían desde pequeñitos: para conseguir lo que se desea, hay que esforzarse y muchas veces renunciar a gustos propios. Lo saben bien los deportistas, atletas, bailarines, vedettes, y un largo etcétera de profesiones similares: si no se entrenan, si no vencen sus caprichos, si no se esfuerza, si no mueren a sus gustos personales por conquistar agilidad, fortaleza no tendrán porvenir alguno en su profesión. Para poder aprobar un examen, primero hay que romperse los codos estudiando y vuelta a estudiar. Jesús eleva a rango superior estas máximas de sabiduría natural, y lo deja bien claro: “El que ama su vida, la pierde”. Y pone el ejemplo de la semilla de trigo, de cualquier semilla, de cualquier producto de la naturaleza, tiene que ser enterrado para dar fruto. Morir y vivir. Morir y dar fruto. Renunciar y ganar. Esforzarse y tener resultado. Es siempre un doble juego, que vale para todo. También para la vida interior: si no morimos a nosotros mismos, a nuestro hombre viejo del capricho, del egoísmo, de la injusticia no podemos nacer al hombre nuevo del amor, de la justicia, de la solidaridad, del don.

 

Hoy la fiesta de un mártir, San Lorenzo, nos da testimonio de ello. Fue capaz de dar su vida. Y el martirio no solo es dar la sangre y dejar la vida. Es ese ir dejando la vida poco a poco con nuestros caprichos, nuestras comodidades, nuestros flirteos con el sistema de los valores de este mundo.

 

Si alguno quiere seguirme, que me siga. Es una invitación, pero tiene condiciones. No podemos seguirle sin salir de nuestro camino, nuestra rutina o comodidad. Hemos de hacerlo como el grano de trigo que muriendo, da fruto abundante. Sonreír aunque estemos con una pena interior, tender la mano a aquel que nos cae estrecho, olvidar perdonando como si no nos quedara herida alguna, dar sin esperar devolución, acompañar aunque nos sintamos solos; son cosas en que las muriendo un poco hacemos florecer algo más.

 

Por María Consuelo Mas y Armando Quintana - 10 de Agosto, 2007, 10:52, Categoría: Comentarios al Evangelio
Enlace Permanente | Referencias (0)




<<   Agosto 2007  >>
LMMiJVSD
    1 2 3 4 5
6 7 8 9 10 11 12
13 14 15 16 17 18 19
20 21 22 23 24 25 26
27 28 29 30 31   

Enlaces
eGrupos
ZoomBlog

Otros blogs
Para ser diferentes
Pequeñas semillitas
Restauración de lo alto
Testigos del Evangelio

 

Blog alojado en ZoomBlog.com