Mt. 10, 7-12: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: -«ld y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis. No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa, saludad; si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros
"Id y anunciad " con estas palabras manda a sus discípulos al apostolado
No es una invitación, es una orden, un mandato. Pero no les manda solo a hablar, sino a que hagan cosas: " sanad a los enfermos", "resucitad a los muertos ", "limpiad a los leprosos", "expulsad a los demonios", es decir, haced el bien, o lo que es lo mismo luchar contra el mal. Un mensaje para todos los tiempos y para todos los que queramos seguirle: hay que pasar haciendo el bien, y luchando contra el mal: No basta hablar, sino también hay que actuar, y han de ser acciones transformadoras, que poco a poco vayan cambiando nuestro ambiente. Por eso es necesario no ir solos por la vida, para eso está la comunidad cristiana, para eso están también los grupos humanos y sociales donde hemos de insertarnos, porque no es tarea individual la de transformar nuestra realidad en un mundo tan complicado como el que tenemos hoy. Sobran las individualidades
El Señor nos conoce, sabe bien lo que podemos y hasta donde llegan nuestras fuerzas y por tanto somos conscientes de nuestra debilidad. Por si tenemos duda, por si nos llega el desaliento, o esa falsa humildad de no creernos capaces, nos recuerda que antes de enviarnos a dar, nos ha regalado El, y nos dice: "Gratis lo han recibido, hay que darlo también gratis". Y no es que hayamos pensando en cobrarnos lo que damos, pero sin embargo, a veces, reclamamos gratitud, un reconocimiento por lo menos de nuestra labor, olvidando que hemos recibido gratis. Es bueno que lo agradezcamos, para también alguna vez recibir agradecimiento que nos motive a seguir trabajando. Como dice el texto colgado de este blog y titulado “¿Dónde está Dios?”: “sin importar tu situación, problemas, necesidades o angustias, aunque no veas claro y no sientas a dios, de una cosa puedes estar firmemente convencido: ahí está Dios, a tu lado sosteniéndote”, y mucho más cuando hacemos cosas para que en la realidad vaya desapareciendo el mal