(Jn 14,7-14): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto». Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si pedís algo en mi nombre, yo lo haré».
Conocer a Jesucristo es conocer a Dios, estar unido a Jesús de Nazaret es estar unido a Dios. Y el que cree en Jesús puede hacer también lo que El ha hecho, porque si piden algo en mi nombre, yo lo haré.
Mensaje de confianza y de esperanza el que nos trasmite el Evangelio en estos días como un estribillo que nos invita a la confianza y al ánimo.
Es una llamada a la oración y a tener confianza plena en El. "Todo lo que pidan en mi nombre, Yo lo haré.". Se nos olvida esta promesa. No debemos tener miedo ni nos debe asustar el futuro, lo que llamamos problemas debemos encararlos de otra manera. Para que se nos quedara claro emplea una frase que nosotros usamos cuando queremos demostrar la firmeza de nuestras promesas: "haría cualquier cosa" decimos, y eso nos dice, y eso nos ha demostrado con su vida y con su muerte.
Nada mejor, es lo que se nos ocurre hoy, que comentar este trozo con el inicio de una reflexión de Facundo Cabral que titula “No estás deprimido, estás distraído”. Solo transcribimos su comienzo, porque el texto en Word son once páginas y hoy nos vamos a quedar con el sabor de boca que nos da su comienzo. Si alguien está interesado en el texto completo, puede pedirnoslo que con gusto se lo haremos llegar.
Así comienza Facundo Cabral su reflexión que nos inspira a considerar todo lo recibido de Dios y que nosotros construimos el hoy y el mañana solo depende de El:
"Distraído de la vida que te puebla, tienes corazón, cerebro alma y espíritu, entonces cómo puedes sentirte pobre y desdichado. Distraído de la vida que te rodea, delfines, bosques, mares, montañas y ríos. No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano, cuando en el mundo hay 5600 millones. Además nos es tan malo vivir solo, yo la paso bien decidiendo a cada instante lo que quiero hacer y gracias a la soledad, me conozco, algo fundamental para vivir. No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque cumplió 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubinstein, interpretaba como nadie a Chopin a los 90, por sólo citar dos casos conocidos.
NO ESTAS DEPRIMIDO ESTAS DISTRAIDO. Crees que perdiste algo, lo que es imposible porque todo te fue dado, no hiciste ni un solo pelo de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada, además la vida no te quita cosas, te libera de cosas, te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba, es una escuela, lo que llamas problemas son lecciones y la vida es dinámica, está en constante movimiento. Sólo debes estar atento al presente, mi madre decía: "Yo me encargo del presente, el futuro es asunto de Dios" Jesús decía: "el mañana no interesa, él traerá nueva experiencia, a cada día le basta con su propio afán".
No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el AMOR, sigue en tu corazón. Quien podría decir que Jesús está muerto. No hay muerte, hay mudanza, y del otro lado te espera gente maravillosa. Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y madre, ella creía que en la pobreza se está más cerca del AMOR, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja porque nos hace desconfiados...
...Haz sólo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama, está bendito y condena al éxito, que deberá llegar cuando deba. Lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación, ni por compromiso, sino por AMOR. Entonces, habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible, sin esfuerzos, porque te mueve la fuerza natural de la vida. La que me levantó, cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija. La que me mantuvo vivo, cuando los médicos me diagnosticaban, 3 o 4 meses de vida.
Dios te puso un ser humano a cargo y ese eres tú. A ti debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la vida verdadera con los demás…” Y sigue la reflexión de F. Cabral unos once folios más, como les comentábamos al principio.
Una reflexión de que de alguna forma es lo que dice el Evangelio de hoy: “El Padre que permanece en mí, es el que realiza las obras”
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